DIEZ MIL Y...



El café hacia tiempo que se había quedado frío, apartado en la esquina de la mesa reposaba  marginado por la libreta escolar, el portaminas, la gramática de bolsillo, más los perrechines de siempre. Y ensimismado, con cara de gilipollas, y gesto tonto, estaba el que escribe; que en pensamiento, al menos, quedaba claro, estaba en otro lugar, a kilómetros de aquella mesa y del bar donde, físicamente al menos, estaba ahora haciendo un muy grato ejercicio de memoria.





Se acordaba de aquella fría tarde de noviembre, cuando al calor de una infusión se sacó a los dos primeros habitantes de esta  fantasía para compartir: Pasavemira Y Olipem. Diez mil han sido las personas que desde entonces se han interesado por las vivencias y los sentimientos de estos dos garabatos.



Un encuentro casual, y un aguacero, bastaron para que en un bar, una tarde de invierno, se sacara a Lali y a Ivan de la manga; Y ya han sido diez mil las personas que se han interesado por ellos cuatro.




En un centro de Salud, en la sala de espera, donde no se atiende, ni se atenderá jamas los dolores de corazón que aquella mañana padecía; ese que escribe, se inventó a Ruth, una jovencita encantadora, con la que el joven Iván juega, ya a juegos no muy inocentes. 


Los sentimientos de Ruth, más las vidas de Pasavemira, Lali, Ivan, y Olipem son una historias que ese quiere seguir contando, al menos hasta que sean otras DIEZ MIL las personas interesadas en ellas.


Las fotografías de esta entrada, son retales y han sido editadas y reeditadas en el invierno de 2017.










HAY OTROS MUNDOS, PERO ESTÁN EN ESTE.



La vieja SIATA acabó sus días rodando por uno de esos caminos que parecieran haber sido pensados solo para satisfacer las fantasías 
sadomasoquistas  de una ya  muy vieja tecnología.



Ahora estaban sentados en la cuneta, contemplando a la venerable difunta; con cara de fastidio, y un gesto que podría decir:¿Y ahora como seguimos?  Su mundo se había acabado entre una nube de humo y unos quejidos de motor gripado. 


-Hay otros mundos... -dijo Pasavemira -Y están en este -contestó con sarcasmo Olipem.



Ahora, mientras esperaban que la imaginación de los dos se fijara en un mundo nuevo para explorar y compartir; un mundo que les permitiera explicar las imagenes  cotidianas de su realidad, en una interminable y lucida borrachera de colores sin  tono.



Ahora, ya no había nada salvo la fea y maldita realidad. 



Y soledad sin futuro...



Y momentos felices...


  
Nada más que momentos, sin futuro, sin ilusión, sin belleza.



Las fotografías de esta entrada pertenecen a la serie "Otros mundos" y han sido realizadas en el otoño de 2017.

DE AVERÍAS Y RETRASOS

A ese que pretende describir lo que ve y lo que siente, se le ha estropeado el ojo mecánico; y como las letras las junta con  poca gracia y menos técnica, se ha quedado sin manera de contar lo que siente.


Él, quería hablar de la vergüenza, la indignación, y el asco que siente cuando le hablan del dineral que se mueve alrededor de los Mamarrachinha, Tontoyeski, o Chorralai. esos niños pera de barrio más o menos bajo, que se ganan la vida a fuerza de dar patadas a una pelota de cuero. Y la tarea se la  encomendó a Pasavemira y a Olipen, que pergeñaron toda una historia cargada de estampas más o menos simbólicas, más o menos cargadas de sentimiento. El ojo de uno, y el lápiz del otro, fallaron dejando al que escribe sin poder contar acontecido alguno, con lo que se sentó a pensar...


Para salir del apuro, ese, se ha acordado de Ruth, la niña que Ivánn conoció durante el verano. Y como si fuera el guión de un culebrón, había traído a la niña a pasar un fin de Semana con Iván y su madre; de modo que la anécdota comenzaba a plantearse mas o menos así:


Los días se van acortando, la luz se vuelve más pesada, más dura, y la actividad en pieza a marcar las vidas de todos...


Pero esto ya es otra historia que en cuanto puedan contaran sus protagonistas...

(las fotografías de esta entrada pertenecen a la serie "Delirios" y han sido reeditadas a finales del verano de 2017)  

SOBRE EL NOMBRE Y EL QUIEN...

Está mañana, ese que escribe mal, ha pretendido reflejar, como siempre,  su sentir y su pensamiento a través del sentir de todos y cada uno de los que forman su bestiario más intimo.


El muy iluso, pretendía que Olipen, Lali, Pasavemira y hasta el jovencito Ivan; caminaran un trozo de suelo narrando algunos de los porqué del nombre y el quien de ese pedazo de mundo. Como era de esperar el paseo se ha quedado en agua de borrajas, y el Espinazo de las Españas  sin la visita de tan ilustres visitantes:


Olipen, al escuchar la proposición se ha ido a la raíz del problema: ¿Que narices le importa a él  el sentir de unas gentes que viven a seiscientos y pico kilómetros de su casa? ¿Que sabrá él del sentir de todas esas gentes? Sin esperar respuesta a las preguntas, ha decidido no salir, y quedarse tratando de reparar el ojo mecánico que el otro día les jugó una mala pasada.


Lali, en silencio piensa en Ivan, y ahora un poquito en ella. Quiere que los dos puedan elegir su futuro y marcarse su destino, sin más... Y que peleará con uñas y dientes como ha hecho siempre por que esto sea así.  El nombre y el quien del sitio donde vive, la importa muy poco, ella nunca se ha preocupado de esas cosas.


Pasavemira, era el que más quería ir. A él le hubiese gustado ir a las ruinas de alguna ciudad arrasada por la sin razón de algún general esquizoide o buscar nombre y quien
en la  torre de una iglesia abandonada, que emerge vencida  de las aguas de algún pantano: El quien de un pueblo disuelto y anegado en nombre del bien común. Un bien que  Pasavemira no llega a comprender. Será porque es muy inculto, o por que solo es una linea  trazada a lápiz en un cuaderno escolar; esas cosas le enervan y prefiere no ser testigo de ellas.


Ivan, no piensa en solares. Desde julio solo hay un nombre que le interesa, un quien del que quiere recordar todo: sus gestos, una manera determinada de andar, y quiere aprender a desabrochar un sujetador, y... Siente un cosquilleo constante en el estomago que parece que no quisiera apaciguar. Su madre, le ha dicho que si quiere a alguien, no debe de apretar, que puede asfixiar a ese alguien, y que si esa persona quiere, ha de dejarla marchar sin más trabas que una lagrima en el ojo y una frase triste. Y que sobre todo, y ante todo, escuche siempre al ser que ama. Y así se esta comportando con Ruth y con todo.


Ese que escribe mal, tampoco ha querido ir. El sabe algo del nombre y el quien del suelo que pisa, y conoce  alguno de los motivos, e incluso ha intentado meterse en la maraña de argumentos de unos y de otros, aunque ninguno le convence  demasiado. Hace muchos años el se hubiese sentido identificado con la razón de alguno y con más pasión que argumentos hubiera defendido una postura que hoy se le antoja más que pueril casi salvaje. De esa lepra, que le estaba destruyendo, hace cerca de treinta años que se curó, y la bacteria causante fue repudiada de su yo.  Ahora, con la misma    pasión si cabe, con la que antes defendía la intransigencia, ese que escribe mal, defiende el derecho de las personas y los pueblos a decidir su futuro, ni más ni menos, y se pone enfrente con toda su pasión y sus fuerzas de quien pretende impedirlo.


Las fotografías de esta entrada pertenecen a las series: "Valsain" "Entornos" y  "El espinazo de las españas" y han sido reeditadas a final del verano de 2017.


AL ENTRAR EL OTOÑO

Y otra vez los frenéticos atardeceres de otoño. Ese tiempo que por igual invoca a la prisa y a la actividad. Lali tambien parece haberse contagiado de ese frenesí y anda a toda carrera: recogiendo, limpiando, preparando la casa, arreglándose ella. Dentro de apenas una hora, llega Ivan después de haber pasado las vacaciones con su padre. 


En el taxi, camino de la estación, ella piensa en que su Aidi  ya no será aquel gorrión sin apenas plumas que se fue a finales de junio para pasar el verano. Cuando la vea y la abrace, sabe que lo primero de lo que la va a hablar va a ser de Ruth. Una niña un año mayor que él con la que ha pasado casi todo el tiempo, más que con su padre, con quien definitivamente ha roto vínculos de afecto.

   
Ella sabe, aunque la  haría muy feliz que Ivan se lo contara: una noche de julio, en la escollera del puerto, Ivan dio su primer beso. Algo que el muchacho recordará toda su vida como algo bello, tremendamente bello.



Y tambien la va a  hablar de aquella botella que tiraron al mar Ruth y él, una botella con una nota dentro. Un mensaje de apoyo y animo que incluía las coordenadas de las casas de los dos por si algún naufrago huido de la barbarie la encontraba y necesitaba de ellas.

  
-Hemos llegado. 11,25 -la voz del taxista la sacó de sus pensamientos. -Está bien, gracias -contestó ella alargando el brazo para dar los billetes.  Se sentía feliz, orgullosa de su hijo. Sentía como todos los sin sabores y las peleas de años, al final habían llegado a buen puerto. Aunque ahora solo quería que el tren llegara para abrazarse a su Aidi. 


Las fotografías de esta entrada pertenecen a las series: "NATURALEZA IGNORADA", "MEDITERRÁNEO", "AV" y "FERROCARRILES". y han sido editadas a final del verano de 2017.


LAUAXETA

(A Estepan  Urkiaga "Lauaxeta" en el  ochenta aniversario de su asesinato...)


Samiñez nator zeugana
maite zaitudan basua:
orbelen jauste mindubak diraust erijotz arua (...)
Bekoki onek maitasunezko lilura
Ezin illundu bagike erijotzaren laztanak
Arinik duaz obira zeruak maite dauzanak.
Lauaxeta


Caminan  juntos las calles de la ciudad, que solo hoy, ellos quieren que  parezca otra. Lo hacen en silencio, cabizbajos, pisando lentos el suelo recién empapado por la lluvia. 


Cae la noche sobre las piedras frías, duras,  sin luz, ni sonido, y el agua corre a la búsqueda del azul que nunca llega, en un oscuro viaje sin fin.


Lo que les quitó la violencia y el dolor, se lo llevó el agua al azul, y ellos solo pueden pasar un puente de piedra que une sus almas teñidas de azul.


 Y la paz que nunca llega...


Y el olvido que teje su tela y suelta su veneno....


Las fotografías de esta entrada son retales de distintas apocas y han sido editados a final del verano de 2017.

MEDITACIO AMB ALGUN BOLLARD, ENTORN DE LA CONVIVÈNCIA I LA PAU...

Pasavemira, se sienta a contemplar la luz de agosto; a su lado un anciano reposa el final de la  tarde, y frente a los dos, un recio bolardo...


Pasavemira, piensa en la seguridad que proporciona semejante artefacto. Concluye que mejor, aunque más lento, que vivir sus calles llenas de palos y pinchos allá por donde valla, seria usar las escuelas para crear ciudadanos amantes de la paz.



Ciudadanos, que educados en el respeto y la tolerancia sean capaces de con su sola presencia en masa, expulsar de sus comunidades a cualquier demonio o a cualquier bestia.

                      

Pero él es bien consciente de que esto solo es un anhelo romántico. Y que los hombres, y en su tierra más, prefieren dirimir miedos e inseguridades a garrotazos, a cañonazos, o a tiros, así ha sido siempre, y mal que a él le pese, así será por los siglos de los siglos.


Aunque en el fondo, muy en el fondo, cree en las gentes; y cree que lejos de inevitables choques entre semejantes, las bardas de sangre o de odio, siempre terminan uniendo a los semejantes, dejando en el olvido a los demonios y a las bestias que las levantan.


De momento, se conforma con que en lugar de bolardos, las ciudades que el ama se siembren de olivos, que es un árbol que alimenta y hermana sin mirar diferencias. 
¡TUTTI FRATELLI!


Aun en la distancia... Pasevemira, Olipen, Lali, Iván, y hasta ese que escribe mal, mañana estarán en Barcelona, en la plaza de Catalunya, luciendo una pancarta bien grande  que diga: 
NO TINC POR 


Al vent,

la cara al vent,
el cor al vent,
les mans al vent,

el ulls al vent
al vent del mon.

I tots, 
tots plens de nit,
buscant la llum,
buscant la pau,
buscant a déu,
al vent del mon.

La vida ens dóna penes,
ja el nèixer es un gran plor,
la vida pot ser eixe plor,
però nosaltres

al vent.
la cara al vent,
el cor al vent,
les mans al vent,

el ulls al vent
al vent del mon.


 Las fotografías de está entrada, pertenecen a varias series, y han sido reeditadas a final del verano de 2017.
  

CHIQUILLADAS

Ojo por ojo y el mundo quedará ciego.
Mohandas Karamanchand Gandhi

Hace apenas dos horas que sonó el teléfono. 
Han llamado del colegio de Iván para decirla que fuera a buscar a su hijo. Que el niño se había peleado con otro compañero, un niño marroquí. Desde ese momento Lali está frenética, apunto de entrar en shock. 



 Se ha marchado de la tienda, casi sin dar explicación alguna. En el metro, entre estación y estación, cuando sabe que la falta menos para llegar y abrazarse al niño; nota como  el rostro se la deforma en una fea mueca, haciendo un intento por comenzar a llorar. Y la angustia, que no deja de oprimirla el cuello. 

En el trasbordo entre la linea 4 y la linea 5, en uno de los interminables pasillos, ha llamado el padre, para tranquilizarla y decir que no se preocupe, que solo había sido una chiquillada,  que en el colegio le han dado más importancia de la que tiene.  Llegando a la estación de su barrio, Lali ha comenzado  a enfurecerse.


-Venga mujer, si no ha sido para tanto.  En el fondo Iván ha hecho bien; de vez en cuando hay que enseñar los dientes para que toda esta gente que nos ha venido se quede en su sitio-comenta el padre casi con aprobación. -!Jaime! -contesta ella mirando al niño con enfado y los ojos llenos de lagrimas.   - Aidi, mañana, con el dinero que tienes, vas a ir a la pastelería, y vas a comprar una bandeja de  dulces, después tu y yo,  vamos a ir a casa de ese niño. Le vas a pedir  perdón, y ofreceremos los dulces a sus padres. ¡Ahora vete a tu cuarto! -Dice Lali tratando de dominar la situación. 


-El San Lamberto tiene un equipo de artes marciales muy bueno -dice el padre. -Claro, como no tiene cabeza -Contesta Lali con algo de ironía. -Deberíamos procurar que aprendiese a defenderse.- Iván sabe defenderse, ya lo has visto -contesta Lali y después de un segundo en silencio continua. -Iván va al Joaquina Lopez donde es muy feliz. Y al curso que viene, pretende apuntarse a un curso de dibujo y pintura. 


-Jaime, ¿te acuerdas de Yusef y de su hermano pequeño? -pregunta ella -No. la verdad -contesta el padre de Iván. -Eran dos niños musulmanes que teníamos en clase -Aclara Lali. -Ah.. si me acuerdo, Tarek y Yusef pero no se a que viene esto - contesta el hombre. -Yo te lo voy a decir -prosiguie Lali:  -Eran las primeras elecciones al consejo escolar , y Tarek, que estaba en otra clase, se presentó a ellas. En las mesas estábamos todos marcando nuestro voto en la papeleta; la Srta. Dorotea  con el pitillo en la boca, iba mesa por mesa, apestandonos a todos, mirando a quien votábamos y diciendo:  "No se nos ocurriera votar a Tarek, por que es un mal estudiante y un moro sucio  de esos" que debiamos de votar a Norberto Alexiades, o compañeros así, Norberto era el empollón de la clase, cuya madre era la manda más de la APA del colegio. Ese mismo día las bestias y los demonios comenzaron a estudiar como hacer explotar un tren de cercanías abarrotado de viajeros.
  

-¿Te acuerdas aquella tarde que íbamos al cine Rouliño, Juan Carlos Borzas, Josue, tu y yo?- Pregunta La mujer -No me acuerdo -respondió él - Los municipales estaban cacheando y en cierto modo humillando a unos niños con rasgos árabes en el centro  de la Plaza del Callao. La gente se arremolinaba al rededor y Josue dijo: "Con esta gente el escarmiento en publico va muy bien" Ese día la bestias y los demonios de nuevo comenzaron a pensar que podían arrollar a una multitud en una plaza del centro de una ciudad.


-Bueno Yo me tengo que marchar -dice el padre de Iván con enfadado, mientras se levanta para despedirse de su hijo. Lali llora en la cocina.


Las fotografías de esta entrada pertenecen a las series: "Ferrocarriles" "Entornos" y "Los Mundos de Lali" y han sido realizadas en distintas fechas.